La multiplicidad de actuaciones y respuestas según las cuáles hay diferentes centros.
La respuesta controlada o descontrolada del alumnado es
producto de numerosos factores influyentes.
La distinta manera de responder a estos
fenómenos puede cambiar el clima de la clase.
La disciplina es posible si los
principales agentes educativos trabajan coordinadamente. Los padres en la
familia y el profesorado en las aulas pueden mejorar el clima de trabajo en las
aulas y favorecer la consecución de los objetivos del centro. Los problemas de
indisciplina previenen educando acertadamente y coordinando los esfuerzos
individuales.
Prevención
de la indisciplina escolar en el hogar familiar.
Las familias pueden prevenir la indisciplina
consiguiendo en sus hijos las competencias indicadas. El éxito escolar depende
de distintos factores emocionales que se establecen en los primeros años de
vida.
Para que lo alumnos tengan un buen
rendimiento escolar debemos de mencionar algunos aspectos prácticos para que
esto se consiga:
- Estimular la voluntad por el estudio
- Valorar el esfuerzo más que las calificaciones
- Estudiando se aprende a estudiar
- Facilitar la concentración
Se puede tener una buena capacidad
intelectual y unas buenas aptitudes y no obtener un buen rendimiento. Esto
puede ser debido:
- Baja motivación
- Falta de interés
- Poco estudio
- Estudio sin un método adecuado
- Problemas personales
- Otras causas.
Prevención
y solución de la indisciplina en el aula.
Para que la disciplina escolar tenga una
base sólida, ha de cimentarse en la aceptación de una escala de valores que
propicie la convivencia y el esfuerzo común.
La libertad con que el alumno se
manifieste ha de producirse de un modo responsable.
Se debería intervenir de manera
preventiva en los factores que influyen en las situaciones conflictivas:
relaciones interpersonales, actividades curriculares, las relaciones
familia-escuela, y en los patios de recreo y tiempo libre.
Intervendremos de forma directa cuando se
dé la conducta indisciplinada. Siempre será necesario una combinación de la
prevención y de la corrección.
Los problemas de indisciplina serían
menores si todos tuviéramos el mismo criterio sobre el modelo ideal de
convivencia.
Cuando la indisciplina tiene su raíz en
la organización del aula la principal
responsabilidad al profesorado. El profesorado puede contribuir a desarrollar
la dimensión preventiva de la disciplina.
Para prevenir o reducir determinadas
conductas debemos vigilar los siguientes apartados:
- Autocontrol del docente
- Participación del alumnado en el centro y en las aulas a través de la colaboración en la organización de normas de clase y en el RRI
- Relaciones de afectividad con el alumnado, familiares y alumnado entre sí.
- Atención al proceso de enseñanza-aprendizaje que despierte el interés del alumnado y se comprometa con las actividades curriculares
- Organización de los elementos materiales del aula
- Desarrollo de programas relacionados con la formación en procedimientos y actitudes
- Contextualización de los casos de indisciplina.
- Unificación de criterios en la actualización del profesorado en el centro e implicación de los afectados en el cumplimiento de las normas.
También podemos elaborar una serie de
normas de disciplina o convivencia:
-Promover
la participación organizada y orientada de todos los alumnos en la elaboración
de las normas, así las sentirán como suyas y les será más fácil cumplirlas.
-El inicio
del año escolar será el momento oportuno para que los alumnos establezcan las
líneas y hasta las correspondientes sanciones. El maestro deberá orientarlos
dejándoles voz e iniciativa.
-Salvo
algunos casos especiales, las reglas de convivencia deben todas las faltas que
se pueden cometer y su correspondiente sanción.
-Es mejor
orientar a los alumnos a que elaboren las normas algo globales que abarquen de
por sí varias cosas. Así, por ejemplo, se puede establecer que el alumnado
venga adecuadamente aseado y vestido sin exageraciones o excentricidades, a
juicio del Comité de Aula, en lugar de establecer detalles acerca del pelo,
aretes, tipo de pantalones y otros. Establecer un comportamiento respetuoso con
todo el personal de la institución, en lugar de detallar faltas hacia los
actores de la comunidad educativa.
-Debe
comprender un grupo de sanciones muy equilibradas y aceptadas en consenso por
los estudiantes.
Si las normas son pocas se podrán leer y recordar con cierta frecuencia.
Tampoco agobiarán a los estudiantes, ni provocarán una “cacería de brujas”. Por
otra parte los alumnos aprenderán a tener una mirada global de las cosas.
La estructura y la organización diaria de la clase debe intentar ofrecer un
entorno académico satisfactorio que reduzca al mínimo las' dificultades
planteadas por el control de la clase. Se trata, en definitiva, de realizar una
buena gestión o gobierno del aula, entendiendo con este nombre la forma en que
cada profesor pone en práctica sus métodos didácticos y organiza la propia
clase como factor de ayuda para el aprendizaje.
Disponer de los recursos necesarios para una buena gestión conlleva lograr
un clima de aula y una situación de enseñanza - aprendizaje que en sí misma
prevendrá la aparición de problemas de indisciplina.
Prevención
y solución de la indisciplina en el
centro educativo.
En lo que se refiere al centro educativo,
las medidas de prevención son similares
a las mencionadas para el aula, pero si se trata de solucionar problemas
será necesario partir de un programa consensuado.
Si queremos evitar la parte negativa del
conflicto debemos estar bien informados cognitivamente, mantener una actitud
que implique personal y profesionalmente a los docentes, asumir un trabajo en
equipo. Aunque debe existir un margen para la actuación personal y original el
programa será asumido de manera colectiva.
La organización de un programa para mejorar la convivencia en
los centro educativos puede ir dirigida
a la prevención de conductas indisciplinadas o a la corrección de conductas ya
manifestadas.
Los grandes problemas de indisciplina no
los resuelven las normas elaboradas por los colegios. La escuela debe colaborar
en la compensación de desigualdades. Si es un problema social se hará cargo los
servicios sociales.
El profesorado que necesite asistencia
debe pedirla a las familias, a la Administración y a la sociedad porque la
calidad de la educación es cosa de
todos.
La disciplina escolar se ha tratado desde una perspectiva "de
remedio" en el sentido de que había que recurrir a ella cuando surgían
problemas de comportamiento en el aula lo que, en principio, no debía suceder.
No fue hasta hace escasamente un par de décadas cuando se comenzó a hablar
de la disciplina "preventiva" como forma de garantizar las
condiciones necesarias para el buen funcionamiento del aula.