4.Los conflictos en las organizaciones educativas

Los conflictos forman parte inevitable de las interacciones que se dan en el seno de los grupos humanos. No podemos verlo como algo negativo ni asociarlo al vandalismo. El conflicto debemos  contemplarlo como algo natural y positivo para los grupos sociales porque permite la renovación y el progreso de manera no violenta. No tratamos, por lo tanto, de eliminar los conflictos sino de regularlos y solucionarlos de manera positiva para que la organización escolar se vea fortalecida con la participación que exige una adecuada solución del conflicto. Y es que llegar a acuerdos en las discrepancias es una manera de armonizar distintos puntos de vista para el cambio que necesita toda organización, que debe adaptarse continuamente a las nuevas situaciones que surgen. Otra cosa es la violencia, que se opone a la resolución pacífica del conflicto y sobreviene cuando se emplea la fuerza física, la coacción moral o el temor a sufrir un mal, anulando la libre actuación.





Las causas que provocan los conflictos  son múltiples y complejas como ya se ha indicado. Algunos conflictos favorecen la cohesión pero otros provocan rupturas graves en las relaciones entre los miembros de la comunidad educativa y tienen efectos negativos, tanto para las partes enfrentadas como para la organización en su conjunto. Es entonces cuando se hace necesario aplicar soluciones imaginativas, eficaces y duraderas.
Las causas de los conflictos podremos clasificarlas de la siguiente manera:

   a)    Causas relacionadas con los maestros:

1.    En la elección de la carrera docente pueden predominar otras razones distintas al interés sincero por la enseñanza. Esto puede generar frustración o desánimo. Estas circunstancias personales se proyectaran tarde o temprano sobre los alumnos.
2.    Los métodos actuales de selección de entrada de los aspirantes a la docencia están basados exclusivamente en las calificaciones académicas. no se tiene en cuenta los rasgos de personalidad, la motivación hacia la enseñanza, las aptitudes iniciales, etc.
3.    La preparación insuficiente o pobre para la dirección o animación del grupo clase, y en el uso de técnicas de conciliación parar afrontar situaciones especiales.
4.    El malestar y agotamiento profesional que afecta a parte del profesorado como consecuencia de las tensiones a que se ve sometida la práctica docente.
5.    Las relaciones deterioradas entre el profesorado como consecuencia del incumplimiento de acuerdos o roles, el individualismo, la diversidad de metas, o la descoordinación.
6.    El desinterés de algunos docentes en la aplicación de sanciones o reprochar comportamientos inadecuados puede ser igualmente causa de conflictividad.

   b)    Causas relacionadas con los padres:

1.    Muchos niños crecen en ambientes familiares dominados por padres agresivos, física o psicológicamente. Estos niños, reprimidos en sus casas, a veces con violencia, aprovechan el ambiente más permisivo de la escuela para comportarse indisciplinadamente y en ocasiones con brutalidad.
2.    Algunos padres experimentan rechazo hacia la disciplina escolar. No comprenden que constituye una forma positiva de regulación de las conductas individuales.
3.    Muchos padres reaccionan  airadamente para tranquilizar su conciencia ante comportamientos del maestro que juzgan indignos o inadecuados.
4.    Para algunos padres, la educación carece de valor, más allá de su finalidad puramente instrumental y, en ocasiones, ni siquiera esto interesa. No entienden la verdadera función del maestro ni la importancia de su tarea.
5.    Conflictos motivados porque el centro o el profesorado no responden a las expectativas de las familias.

   c)    Causas relacionadas con el alumnado:

1.    El incumplimiento continuado de las normas establecidas para el aula o el centro.
2.    La estructuración deficiente de la personalidad y las fuerzas contradictorias que actúan sobre un individuo.
3.    Desacuerdo con los cambios necesarios que se quieren implantar en el centro o en el aula.

   d)    Otras causas:

1.    Se han encontrado correlaciones entre tamaño de la organización y conflicto, y entre complejidad organizativa y conflicto.
2.    El nivel de centralidad en la toma de decisiones no parece que este asociado con el conflicto; sin embargo, sí parece que con la mayor formalización de la organización y con un mayor desarrollo de normas aumenta las probabilidades de conflicto. Y éste es el caso de las organizaciones educativas.

3.    Un buen número de docentes opinan que la capacidad de influencia de la escuela en el alumnado es bien escasa porque las administraciones educativas no ponen el mayor interés en mejorar la calidad de la educación, las familias implican poco en el rendimiento de sus hijos y la sociedad desarrolla valores opuestos a la escuela.

Comprobamos, con todo lo dicho, que difícilmente pueden existir recetas validas para solucionar las distintas situaciones conflictivas que se presenten. Muy al contrario, cada centro educativo responderá al conflicto de manera contextualizada y el profesorado aplicara una solución singular para cada alumno. Es indudable la necesidad de dotar de recursos formativos al profesorado, padres y alumnado para afrontar de forma positiva los conflictos, sabiendo que en todas  las relaciones interpersonales el conflicto está latente y en la mayoría de los casos se hace visible. Como consecuencia todas las organizaciones, y la escuela con más razón, producen situaciones conflictivas y cada docente, cada padre y cada alumno tienen su manera de ver y resolver los conflictos. Y esto es evidente. No obstante, si con frecuencia estamos tomando decisiones y resolviendo conflictos, bueno será que dispongamos de unas pautas o guías para prevenirlos o resolverlos si ya han aflorado.

A DESTACAR EN ESTE PUNTO:

El conflicto debemos  contemplarlo como algo natural y positivo para los grupos sociales porque permite la renovación y el progreso de manera no violenta.

Las causas que provocan los conflictos  son múltiples y complejas. Algunos conflictos favorecen la cohesión pero otros provocan rupturas graves en las relaciones entre los miembros de la comunidad educativa y tienen efectos negativos, tanto para las partes enfrentadas como para la organización en su conjunto. Es entonces cuando se hace necesario aplicar soluciones imaginativas, eficaces y duraderas.

Difícilmente pueden existir recetas validas para solucionar las distintas situaciones conflictivas que se presenten.

Cada centro educativo responderá al conflicto de manera contextualizada y el profesorado aplicara una solución singular para cada alumno.