8.La dimensión preventiva de la disciplina.


La multiplicidad de actuaciones y respuestas según las cuáles hay  diferentes centros.
La respuesta  controlada o descontrolada del alumnado es producto de numerosos factores influyentes.
La distinta manera de responder a estos fenómenos puede cambiar el clima de la clase.

La disciplina es posible si los principales agentes educativos trabajan coordinadamente. Los padres en la familia y el profesorado en las aulas pueden mejorar el clima de trabajo en las aulas y favorecer la consecución de los objetivos del centro. Los problemas de indisciplina previenen educando acertadamente y coordinando los esfuerzos individuales.



Prevención de la indisciplina escolar en el hogar familiar.

Las familias pueden prevenir la indisciplina consiguiendo en sus hijos las competencias indicadas. El éxito escolar depende de distintos factores emocionales que se establecen en los primeros años de vida.

Para que lo alumnos tengan un buen rendimiento escolar debemos de mencionar algunos aspectos prácticos para que esto se consiga:

  • Estimular la voluntad por el estudio
  • Valorar el esfuerzo más que las calificaciones
  • Estudiando se aprende a estudiar
  • Facilitar la concentración

Se puede tener una buena capacidad intelectual y unas buenas aptitudes y no obtener un buen rendimiento. Esto puede ser debido:

  • Baja motivación
  • Falta de interés
  • Poco estudio
  • Estudio sin un método adecuado
  • Problemas personales
  • Otras causas.


Prevención y solución de la indisciplina en el aula.

Para que la disciplina escolar tenga una base sólida, ha de cimentarse en la aceptación de una escala de valores que propicie la convivencia y el esfuerzo común.
La libertad con que el alumno se manifieste ha de producirse de un modo responsable.
Se debería intervenir de manera preventiva en los factores que influyen en las situaciones conflictivas: relaciones interpersonales, actividades curriculares, las relaciones familia-escuela, y en los patios de recreo y tiempo libre.
Intervendremos de forma directa cuando se dé la conducta indisciplinada. Siempre será necesario una combinación de la prevención y de la corrección.
Los problemas de indisciplina serían menores si todos tuviéramos el mismo criterio sobre el modelo ideal de convivencia.
Cuando la indisciplina tiene su raíz en la organización  del aula la principal responsabilidad al profesorado. El profesorado puede contribuir a desarrollar la dimensión preventiva de la disciplina.
Para prevenir o reducir determinadas conductas debemos vigilar los siguientes apartados:
  1. Autocontrol del docente
  2. Participación del alumnado en el centro y en las aulas a través de la colaboración en la organización de normas de clase y en el RRI
  3. Relaciones de afectividad con el alumnado, familiares y alumnado entre sí.
  4. Atención al proceso de enseñanza-aprendizaje  que despierte el interés del alumnado y se comprometa con las actividades curriculares
  5. Organización de los elementos materiales del aula
  6. Desarrollo de programas relacionados con la formación en procedimientos y actitudes
  7. Contextualización de los casos de indisciplina.
  8. Unificación de criterios en la actualización del profesorado en el centro e implicación de los afectados en el cumplimiento de las normas.

También podemos elaborar una serie de normas de disciplina o convivencia:

-Promover la participación organizada y orientada de todos los alumnos en la elaboración de las normas, así las sentirán como suyas y les será más fácil cumplirlas.
-El inicio del año escolar será el momento oportuno para que los alumnos establezcan las líneas y hasta las correspondientes sanciones. El maestro deberá orientarlos dejándoles voz e iniciativa.
-Salvo algunos casos especiales, las reglas de convivencia deben todas las faltas que se pueden cometer y su correspondiente sanción.
-Es mejor orientar a los alumnos a que elaboren las normas algo globales que abarquen de por sí varias cosas. Así, por ejemplo, se puede establecer que el alumnado venga adecuadamente aseado y vestido sin exageraciones o excentricidades, a juicio del Comité de Aula, en lugar de establecer detalles acerca del pelo, aretes, tipo de pantalones y otros. Establecer un comportamiento respetuoso con todo el personal de la institución, en lugar de detallar faltas hacia los actores de la comunidad educativa.
-Debe comprender un grupo de sanciones muy equilibradas y aceptadas en consenso por los estudiantes.

Si las normas son pocas se podrán leer y recordar con cierta frecuencia. Tampoco agobiarán a los estudiantes, ni provocarán una “cacería de brujas”. Por otra parte los alumnos aprenderán a tener una mirada global de las cosas.



La estructura y la organización diaria de la clase debe intentar ofrecer un entorno académico satisfactorio que reduzca al mínimo las' dificultades planteadas por el control de la clase. Se trata, en definitiva, de realizar una buena gestión o gobierno del aula, entendiendo con este nombre la forma en que cada profesor pone en práctica sus métodos didácticos y organiza la propia clase como factor de ayuda para el aprendizaje.

Disponer de los recursos necesarios para una buena gestión conlleva lograr un clima de aula y una situación de enseñanza - aprendizaje que en sí misma prevendrá la aparición de problemas de indisciplina.


Prevención y solución  de la indisciplina en el centro educativo.

En lo que se refiere al centro educativo, las medidas de prevención son similares  a las mencionadas para el aula, pero si se trata de solucionar problemas será necesario partir de un programa consensuado.
Si queremos evitar la parte negativa del conflicto debemos estar bien informados cognitivamente, mantener una actitud que implique personal y profesionalmente a los docentes, asumir un trabajo en equipo. Aunque debe existir un margen para la actuación personal y original el programa será asumido de manera colectiva.
La organización  de un programa para mejorar la convivencia en los centro educativos puede ir  dirigida a la prevención de conductas indisciplinadas o a la corrección de conductas ya manifestadas.
Los grandes problemas de indisciplina no los resuelven las normas elaboradas por los colegios. La escuela debe colaborar en la compensación de desigualdades. Si es un problema social se hará cargo los servicios sociales.
El profesorado que necesite asistencia debe pedirla a las familias, a la Administración y a la sociedad porque la calidad de la educación  es cosa de todos.

La disciplina escolar se ha tratado desde una perspectiva "de remedio" en el sentido de que había que recurrir a ella cuando surgían problemas de comportamiento en el aula lo que, en principio, no debía suceder.
No fue hasta hace escasamente un par de décadas cuando se comenzó a hablar de la disciplina "preventiva" como forma de garantizar las condiciones necesarias para el buen funcionamiento del aula.